Una hermosa mañana de la Inmaculada
Poco antes del mediodía del 8 de diciembre, la campana de la Vera Cruz convocaba al rezo del Ángelus en el día de la Inmaculada Concepción. Por tres veces cantó la nutrida asamblea el Ave María, antes de orar por España en el día de su patrona y por Europa.

Después llegaría el turno del Tercio de Salamanca, que con solemne marcialidad entró en el templo para rendir honores a su patrona, la Purísima, con una emotiva evocación del milagro de Empel: "7 de diciembre de 1585. Se alzan las espadas al paso de la comitiva y forman una hilera de cruces que remiten a la Cruz Verdadera, a la Vera Cruz que trazan con sus pulgares las manos orantes de la Madre. Su humildad nazarena ha hecho arrodillarse a un soldado que, como Gabriel en el día glorioso de la Encarnación del Verbo, se la encuentra en silencio, recogida del mundo, escondida en Dios. Hágase en Ella según su Palabra".

Completó la escena el estandarte concepcionista de la Cofradía, que cuenta con una nueva imagen pictórica central, realizada por el hermano José Caraset; también se estrenó el paño azul de ambón, elaborado por la hermana Lourdes Pablos. Se incluye en el mismo la imagen bordada por las Esclavas del Santísimo, por las que se rezó singularmente, así como por los cristianos de Siria.

Fueron intenciones presentes en una Eucaristía muy especial, pues después de varios meses de convalecencia volvió a presidirla nuestro capellán, don Pedro López García S.D.B. Ataviado con la casulla azul, color litúrgico del día por privilegio hispánico, incensó la corona de Adviento, en la que se encendió la segunda vela, al coincidir la solemnidad mariana en el segundo domingo de este tiempo. En su homilía invitó "a buscar a María allí donde el ángel la encontró, en la sencillez" y recordó la larga historia de nuestra cofradía, que desde 1532 lo es de la Santa Cruz y de la Purísima Concepción. Una foto de la familia azul puso el broche a una hermosa mañana.
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