El Lignum Crucis es una pieza de orfebrería con estructura interior de madera y recubierta enteramente de plata. Es obra del orfebre Pedro Benítez de Beteta y data del año 1674. El origen de la idea surge de una donación testamentaria realizada por Pedro Martín que fuera Mayordomo de la Cofradía que a su muerte donaba la cantidad de ocho mil ochocientos reales para realización de una cruz de plata que pudiera desfilar el día de su festividad, el 3 de mayo. No fue suficiente dicha donación y la cofradía tuvo que conseguir el resto del coste mediante la enajenación de algunas alhajas en desuso para dar cumplimiento al testamento del difunto y contar con la buena voluntad del platero encargado del trabajo, que a falta de mayor pago, se le hizo mayordomo de la cofradía y el privilegio de ostentar vara en cuantas procesiones se realizaran. La cruz de plata tiene una altura de 129 cms. de altura por 88 cms. de anchura. Se levanta sobre una peana conformada por cuatro figuras en forma de "S". Tanto la cruz como el soporte está recubierto de placas de plata repujada. En la intersección de los brazos de la cruz se encuentra la reliquia del Lignum Crucis, dentro de una urna de cristal transparente. Dicha reliquia fue traída de Jerusalén por una padre del Convento del Calvario, en agradecimiento de la hospitalidad que la Cofradía de la Vera Cruz ofreció a los frailes franciscanos de dicho convento cuando resultó destruido por un incendio. En la actualidad desfila en una paso cargado a hombros, decorado en sus esquinas con cuatro ángeles que portan las "Arma Christi"
Poco se sabe del orfebre Pedro Benítez de Beteta salvo que fue uno de los plateros más reputados de la Salamanca del siglo XVII en una época en que la ciudad contó con artistas de orfebrería de gran categoría.
El Lignum Crucis se venera en la iglesia de la Vera Cruz. En una hornacina en la parte del Evangelio de la iglesia
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