Nuestra Señora de los Dolores

Nuestra Señora de los Dolores es una de las grandes tallas que procesionan durante la Semana Santa de Salamanca. Según los expertos en escultura religiosa, está imagen recoge la influencia de una de las grandes tallas de la imaginería castellana: la imagen de Nuestra Señora de las Angustias de Juan de Juni que se venera en la iglesia de igual nombre en Valladolid.

Es una Virgen sedente al pie de una cruz vacía, plana, oscura y decorada con conteras de plata y que aún conserva el lienzo del Descendimiento realizado de encaje. La imagen está vestida a la usanza hebrea, con manto azul y saya granate, ambos con remates dorados y tiene el pecho atravesado por siete espadas de plata como símbolo de los siete Dolores de María con su hijo Jesús. La cabeza, inclinada en dirección al cielo y hacia su izquierda, con los ojos abiertos en una mirada doliente. La mano derecha se posa sobre el lugar donde penetran las espadas, mientras que con la izquierda sostiene un pañuelo.

Autor

La imagen de Nuestra Señora de los Dolores se atribuye al imaginero valenciano Felipe del Corral. Su trabajo artístico como escultor se centra en la primera mitad del siglo XVIII trabajando tanto en madera como en piedra, realizando obras en Valencia y en Madrid, ciudad donde finalmente se asienta. Es en la capital donde más obras esculpe, unas para la propia ciudad así como encargos de imágenes para otras ciudades, como fue el caso de la imagen de Nuestra Señora de los Dolores para la capilla de la Vera Cruz de Salamanca. El escultor aborda tanto la temática religiosa como la profana, siendo un autor muy detallista y muy hábil en la ejecución de sus obras. Tiene acreditados diversos trabajos en el Palacio Real de Madrid y dos de las esculturas de Reyes que decoran los jardines de la Plaza de Oriente, los reyes Leovigildo y Alfonso VI.

Lugar de veneración

Se ignora la fecha de ejecución pero sí está documentado el origen del encargo. Fue el Patrón de la Capilla de la Vera Cruz, Don José Calvo Tragacete quien pagó los diecisiete mil reales que costó la talla, realizándose ésta en el taller que el autor tenía en Madrid. Para trasladar la imagen, una vez finalizada, se utilizó el socorrido sistema de traerla de pueblo en pueblo procesionalmente. Como al llegar a Salamanca, aún no estaban concluidas las obras de remodelación de la capilla donde iba a ser alojada, se depositó temporalmente en el cercano convento de San Francisco.

La imagen de la Virgen de los Dolores desfila en dos ocasiones durante la Semana Santa de Salamanca. Primeramente la tarde del Viernes de Dolores, en la procesión llamada Vía Matris y una vez más la tarde del Viernes Santo, junto con otros pasos en la procesión del Santo Entierro que organiza la Cofradía de la Vera Cruz. De esta imagen, Don Miguel de Unamuno escribió una breve mención que sirvió para hacer una metáfora de la España de la época:
"En esta ciudad de Salamanca hay una de esas imágenes de nuestra castiza talla policromada en madera, obra del escultor Corral, que es una maravilla de expresión y de españolidad. Hace nueve días, el Viernes de Dolores, la vi otra vez, según pasaba aquí, bajo mi balcón, llevada en hombros de devotos, mirando al negro cielo de la noche con ojos lacrimosos. La expresión de dolor, eternizada en ella por el arte, era algo sereno, noble, reconfortante. Me pareció ver a mi patria"

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